La lectura es una de las actividades más relajantes y gratificantes que podemos realizar, y es ampliamente reconocida por sus beneficios para la salud mental. Sin embargo, la mayoría de las veces realizamos esta actividad en ambientes cerrados, como en casa o en la biblioteca. ¿Qué pasaría si te dijera que leer al aire libre, en medio de la naturaleza, puede aportar beneficios aún más sorprendentes?
En primer lugar, la lectura al aire libre nos permite conectarnos con la naturaleza y disfrutar de sus beneficios. La exposición a la luz solar y al aire fresco, el sonido relajante de los pájaros y el viento; y el aroma de la naturaleza son excelentes para reducir el estrés, mejorar el estado de ánimo y aumentar los niveles de energía. Esto se traduce en una experiencia de lectura más placentera y en una mayor absorción de la información.
Además, la naturaleza ofrece una gran variedad de espacios para leer. Puedes elegir una sombra de un árbol, un prado verde, una playa de arena blanca o una cima de montaña con vistas impresionantes. Estos lugares pueden inspirarte y estimular tu creatividad, ayudándote a pensar fuera de la caja y a expandir tu perspectiva.
También, leer en la naturaleza puede ayudarnos a desarrollar habilidades de observación y conciencia plena. Al estar rodeados de la belleza natural, podemos aprender a apreciar los pequeños detalles que de otra manera podríamos pasar por alto. Leer en este contexto puede hacer que nuestros sentidos estén más alerta y aumentar nuestra capacidad de concentración.
Es así que nuestra institución cuenta precisamente con una área de lectura al aire libre como es el Central Park rodeado de árboles.